Educación infantil: cómo educar a tus hijos con sentido común

Muchas madres se crispan, gritan e incluso dan algún bofetón a su hijo cuando éste se pone rebelde y no hace caso. Los padres se quejan de que sus hijos son desobecientes y que tienen que repetirles las cosas varias veces para que les atiendan. Lo cierto es que educar a los hijos comporta grandes satisfacciones aunque también preocupaciones y algún que otro disgusto.

Nuestro primer consejo para conseguir que su hijo sea obediente es mantenerse fuerte y seguro en sus decisiones. No intente cambiar de estrategia cada dos por tres porque dejará al descubierto sus puntos débiles y su hijo se reafirmará en el ¡No¡, ¡No quiero¡. Debemos establecer un modelo educativo coherente y mantenerlo en todo el proceso educativo. Nuestra actitud debe mostrar afecto, seguridad e inflexibilidad. En la educación infantil la seguridad que transmitan los padres a los hijos les ayudará a su vez a ser ellos más seguros también.

Otro aspecto importante en la educación de nuestros hijos es el refuerzo de las conductas adecuadas. Es fundamental para que nuestros hijos tengan una buena conducta que valoremos y reforcemos positivamente las cosas que hacen bien mediante halagos, felicitaciones, abrazos, besos, etc. ya que si consideramos que cada estímulo provoca una respuesta éste tipo de estimulos ayudarán a nuestro hijo a discriminar entre las buenas y las malas conductas. Por otro lado, se recomienda ignorar las conductas inadecuadas.

Es importante que en este recorrido educativo , los padres den a sus hijos las consignas con alegría y entusiasmo, dando por supuesto que sus hijos van a actuar correctamente ya que son unos hijos fantásticos. En este contexto, es sencillo establecer normas con claridad y firmeza, remarcando los horarios y las rutinas, lo que garantizará que los hijos respondan con un “sí” convencido, ya que el entorno es positivo y alegre.

Así pues educar a nuestro hijos con seguridad, a través de un modelo educativo basado en el sentido común, es la base para educar, enseñar buenos hábitos y sobre todo, aumentar la autoestima de los pequeños.