El desarrollo del bebé; paso hacia la autonomía e independencia de los padres.

A medida que el bebé crece debe aprender a separarse de sus papás. Las relaciones entre padres e hijos van variando según el desarrollo del niño. A partir de los ocho meses del bebé es cuando se produce uno de los cambios más significativos para el bebé ya que el niño empieza a tomar medida de los espacios y atraido por todo lo que su vista alcanza empieza a despertarse en él el deseo de moverse, explorar nuevos territorios, tocar todo lo que esta a su alcance, etc.

Aunque el deseo de autonomía es grande en su seno interno emergen el miedo a lo desconocido y la desconfianza hacia aquellas personas que no conocen.

Para ayudar al pequeñín en su desarrollo hacia la autonomía y a superar el miedo al abondono le recomendamos hacerlo a través de los juegos. Por ejemplo, el juego del “cucú” en el que la mamá aparece y de pronto desaparece y luego vuelve a aparecer, provocando emociones encontradas en el pequeño, primero alivio, luego miedo, después otra vez alivio, enseñándole a superar la ansiedad del abandono, y mostrándole que mamá siempre vuelve a aparecer.

Si va a separarse de su bebé durante un período de tiempo al que no esta aconstumbrado, como por ejemplo si va a ir a la guardería, nuestro consejo es que la separación sea gradual y que el pequeño se relacione primero con otras personas “extrañas” para que se aconstumbre a ambientes desconocidos y a personas distintas de los papás.

Si observas que tu pequeñín se muestra disgustado cuando lo dejas sólo y vuelves más tarde a buscarlo, no debes desilusionarte ni disgustarte ya que este comportamiento lo experimentan muchos niños. Le recomendamos que deje que el niño exteriorice su enfado y justifique su ausencia explicándole los motivos que le han llevado a ausentarse, como por ejemplo ir a trabajar, a comprar, etc. El pequeñín deberá entender que su mamá también tiene obligaciones que cumplir y que no siempre está disponible.