La costra láctea en los recién nacidos
febrero 4, 2010
La costra láctea se caracteriza por la aparición de pequeñas escamas blanquecinas adheridas al cuero cabelludo del recién nacido. Esta afección de la piel suele aparecer durante las primeras semanas de vida y afecta en torno al 30% – 50% de los niños.
Origen de la costra láctea
El origen de la costra láctea se debe a la implicación de algunas hormonas de la madre, las cuales se cruzan a la placenta antes del nacimiento, activando las glándulas sebáceas de la piel del bebé y generando la producción de más grasa de lo normal. El exceso de grasa favorece que las células muertas de la piel, que normalmente se caen solas, se queden pegadas formando costras y escamas amarillas.
Implicaciones en el bebé
La costra láctea se caracteriza por ser un problema leve, que no suele revestir mayor importancia y que aunque puede aparecer y reaparecer con frecuencia, no suele darse en niños mayores de 12 meses. Además aunque pueda parecer molesta, no es en absoluto dolorosa para el niño.
Tratamiento de la afección
La costra láctea suele mejorar por sí sola con el tiempo hasta desaparecer. No obstante si se desea facilitar la descamación y acelerar su curación, lo más aconsejable es aplicar sobre la cabeza del bebé un poco de aceite de almendras, vaselina o aceite de bebé y dejarlo actuar durante una hora, para conseguir ablandar la costra. A continuación se recomienda lavarle bien la cabeza con champú para bebés y aclarale con abundante agua.
Después de lavarle la cabeza hay que secarle el pelo con una toalla y peinarle con un cepillo suave, eliminando con mucho cuidado aquellas escamas que se hayan desprendido. Nunca deberá intentar eliminar aquellas escamas que siguen adheridas ya que podría provocar una infección.
Este proceso puede repetirse a diario hasta que las escamas desaparezcan e incluso puede dejar actuar el aceite toda la noche si la costra esta muy extendida.