Pautas alimentarias a partir del primer año
febrero 25, 2010
Durante el período comprendido entre 1 y 3 años, el niño inicia sus primeros pasos hacia la alimentación adulta.
A partir del año el niño empieza a comer casi de todo y de forma más sólida. Salvo excepciones con determinados alimentos o si esta enfermo, el niño ya podrá compartir la comida con el resto de la familia. Lo importante, es proveerle de una dieta variada que le aporte la cantidad de calorías y nutrientes que necesita en esta etapa de su deesarrollo.
Novedades en la alimentación a partir del año
A partir de su primer cumpleaños el niño empezará a degustar de forma más completa nuevos sabores y texturas. Las principales novedades de esta edad son:
- Comienza a tomar sus primeros purés con legumbres.
- Sustituye la leche adaptada por la leche de vaca y ya puede tomar derivados lácteos, como yogures, quesos, etc.
- Comienza a tomar ensaladas: lechuga, tomate, maíz dulce, etc.
- La textura líquida se sustituye por una con pequeños trozos con la que empieza a practicar la masticación.
- Poco a poco irá sustituyendo el biberón por el vaso, e irá adquiriendo mayor destreza con la cuchara. No olvide que para aprender tiene que mancharse y necesita tiempo.
- En torno al año y medio, deberá empezar a tomar cenas más sólidas: pescado blanco hervido, salchichas, croquetas, tortilla francesa, etc.
- A los dos años ya se le puede dar de comer pasta hervida con un poco de tomate frito. La pasta para sopas es una buena forma de “disfrazarle” los caldos de verduras y otros menús que le gusten menos.
Problemas típicos a esta edad con la alimentación:
- El rechazo a un alimento concreto suele ser el principal problema al que se deben enfrentar los padres. El niño ya tiene desarrollado su sentido del gusto para saber perfectamente lo que quiere comer y rechazar aquellos alimentos que le desagradan.
- El rechazo a determinados alimentos se debe también a la necesidad de autoafirmación que padecen a esa edad. No obstante, mientras su curva de crecimiento y de peso siga a un ritmo normal no hay que preocuparse.
- Si un día se niega a comer puede deberse a diversas razones entre otras a que ese día no tenga apetito, haya picoteado entre horas o, simplemente, esté de mal humor. En ese caso, conviene no insistir demasiado e intentar que haga correctamente la comida siguiente.
- Quizás rechaza el alimento porque no le gusta. Hay niños que se caracterizan por ser muy sensibles a los gustos denominándose “rechazadores selectivos” en este caso lo mejor es dejar de optar por la variedad y fabricarle un menú equilibrado que contenga la mayoría de alimentos que no rechaza.
- Si el niño es mal comedor, lo mejor es suprimir los tentempiés o buscar otros sanos y considerarlos parte de su alimentación diaria: frutos secos, fruta fresca, quesitos, etc en lugar de bollería, galletas y chucherías.