La educación en valores: la amabilidad, el perdón, la gratitud y la humildad

La educación de nuestros hijos desde la familia debe de tener presente siempre cuatro valores fundamentales, que son: la amabilidad, el perdón, la gratitud y la humildad. Si deseamos que nuestros pequeños no se sientan unos desgraciados, debemos enseñarles a valorar las pequeñas cosas de la vida. A través de la gratitud los niños aprenderan a ser personas humildes y sencillas, pero al mismo tiempo aumentarán su grandeza de espíritu, la cual les ayudará a descubrir la belleza y la maravilla de todo cuanto les rodea.

Debemos educar a nuestros hijos para afrontar las situaciones difíciles, que puedan encontrar hoy día, con fortaleza y resiliencia. Nuestras acciones deben ir dirigidas a fomentar el pensamiento positivo de los niños, para que disfruten de la mayor fuente de placer y de felicidad que pueden obtener por ellos mismos a través de la adopción de una actitud adecuada en cada momento.

Así mismo, es importante la educación en el perdón a través del ejemplo de los adultos. El perdón es un acto de humildad que produce una gran paz y bienestar interior, y presupone además una gran sabiduría e inteligencia para vivir gozosamente.

Es importante inculcar a los pequeños la “ley de lo opuesto”, para que cuando sean persona adultas puedan disfrutar del autocontrol mental y emocional necesario, que les permita disfrutar de una vida llena de equilibrio interior y paz mental y emocional. El principio de los opuestos mostrará que contra el mal, el rencor, el odio y la ira, se desarrollarán y aplicarán sus opuestos: el bien, el perdón, el amor, la amabilidad, la calma y el autocontrol.