La mujer y su instinto maternal
mayo 30, 2011
El lazo afectivo entre la madre y el bebé se crea desde el embarazo. En el lecho materno, crece el feto en estrecho contacto con ella quien le brinda todas las sustancias vitales que necesita. Cuando el bebé nace, quizás sus padres no estén preparados para dominar todas las situaciones o habilidades para su cuidado, sin embargo, según la opinión de varios conductólogos, los elementos básicos se encuentran previamente programados en el código genético de sus progenitores.
Aun cuando amamantar sea un privilegio exclusivo de la mujer, los padres sienten también instintivamente la necesidad de cuidar a sus pequeños. Lo que induce a velar por la supervivencia del bebé y viceversa; también el bebé demuestra una conducta innata que contribuye a que sus necesidades fundamentales sean satisfechas. En el acto de amamantamiento se manifiesta esta interacción. El contacto corporal y el calor materno satisfacen asimismo sus necesidades psíquicas.
Tradicionalmente se ha adjudicado el cuidado de los bebés a las madres, de ahí viene la expresión “instinto materno”, sin embargo, también los padres reaccionan “instintivamente” ante las necesidades de ellos. No obstante, existe al parecer una hormona encargada de que el vínculo entre la madre y la criatura sea más estrecho desde el inicio. La oxitocina – u hormona del amor, según los especialistas- juega un papel importante en dicho lazo; inclusive es la encargada de aliviar el dolor durante el parto. Tras el nacimiento, la misma se encarga de que acuda la leche a los pechos maternos.
En una serie de pruebas realizadas con animales se ha podido comprobar que el influjo de la oxitocina fortalece a la cría. Como prueba de que esta hormona también incide en los sensaciones de la mujer, los científicos mencionan un hecho que se reitera en cada nacimiento: antes que se realice el corte del cordón umbilical al bebé, la madre tira de él hacia sus pechos y, en ese momento, en el que el cuerpo está inundado de oxitocina, se olvida completamente de los dolores del parto.
Ya sea por reacciones instintivas o por el efecto hormonal anteriormente mencionado, hay que recordar que ambos roles en el pequeño son importantes para el completo desarrollo afectivo y psíquico de su bebé.