Las pecas en los niños
junio 5, 2011
Sobre gustos no hay nada escrito. Sobre las pecas existen variedad de opiniones: para algunas personas resultan atractivas, para otras son consideradas como manchas en la piel. La realidad es que estas “efélides”, denominadas por los médicos, son inofensivas.
Suelen encontrarse en pequeñas zonas de tez muy blanca y en los pelirrojos en distintas proporciones. Generalmente ocupan las superficies corporales que se encuentran a menudo expuestas a la luz, como la cara, el cuello y los brazos, donde en verano se multiplican en mayor o menor medida. Es frecuente observarlas alrededor de la nariz o bajo los ojos.
La predisposición a las pecas es hereditaria, como el tipo de piel y el color del cabello. Cuando se está genéticamente predispuesto, aparecen las primeras manchas a los cinco años y desaparecen a edad avanzada, cuando la piel ya ha perdido su capacidad para formar melanina pues los melanocitos no son tan productivos o han desaparecido.
El tipo de piel clara es la responsable de la aparición de las pecas ya que en él la cantidad de melanina que se produce es menor, y a veces se forma otro tipo de melanina defectuosa que reacciona irregular y débilmente ante la luz. Este tipo de trastorno se ha desarrollado porque nuestros antepasados nórdicos se desplazaron de sus lugares de origen pero siguieron escogiendo preferentemente parejas de piel clara.
Nunca se debe intentar hacer desaparecer las pecas usando cremas de venta en los comercios, las cuales, además de ser inoperantes en la mayoría de los casos, pueden incluso dañar la piel de los pequeños. Se puede prevenir su formación, al menos parcialmente, utilizando protectores solares en caso de exposición al sol. El número de pecas depende de la intensidad de la luz solar recibida; los niños que tienen más, son también más propensos a sufrir quemaduras solares.
Los padres tendrán que tener especial cuidado cuando sus niños estén de vacaciones o tengan excursiones al aire libre, explicándoles cómo proteger la piel desde pequeños. Las pecas no son síntomas de enfermedad por lo tanto habrá que enseñarles también a aceptarlas como parte de su cuerpo con total normalidad.