La llegada del bebé y la mascota felina

Si la familia tiene un gato en su hogar, podrá notar que estos animales tienen un gran nivel de adaptación frente a la llegada de un nuevo integrante como lo es un bebé. Muchos gatos, cuando tienen una relación estrecha con sus dueñas, son capaces inclusive de notar los cambios hormonales que se producen en el embarazo y mostrar una actitud de protección hacia la mujer, olfateando varias veces su vientre con curiosidad.

Creer que la llegada de un hijo puede provocar un comportamiento negativo en el felino, como ciertas actitudes de celo o envidia, es adjudicarle conductas humanas a los animales. Si bien los animales poseen gran percepción de que algo nuevo está aconteciendo, ellos logran adaptarse rápidamente. De todas formas, prepararlos frente a la llegada de un bebé, será una buena idea para evitar que sufran algún tipo de stress.

Previamente al nacimiento del pequeño, los entendidos en el tema recomiendan que el gato pueda olfatear algunas de sus pertenencias, al igual que conocer la habitación donde el bebé dormirá. Las primeras semanas será conveniente que el animal se mantenga alejado al menos un metro del bebé ya que su sistema inmunológico aún es precario y el pequeño podría contraer ciertos agentes alergénicos.

Toda aquella indicación que se le diga al felino, deberá ser  tranquila y sin retarlo. No hay que olvidar que el animal no entiende en realidad qué es lo que está haciendo mal frente a esta situación nueva. A partir de los 2 o 3 meses, el bebé y su mascota estarán listos para la formal presentación. Es conveniente permitir que el gato se acerque solo para olfatearlo y reconocerlo mejor. Cuando ésto suceda, es probable que frente a cualquier reacción del pequeño, el gato se aleje finalmente.

Mantener las uñas cortadas del felino, las vacunas al día y en óptimo estado de salud, evitará posibles lastimaduras (especialmente rasguños) como el contagio de algún tipo de alergia. El niño y su mascota podrán ser muy buenos amigos si ambos se sienten queridos, respetados y bien cuidados por su familia.