Desmitificando algunas creencias respecto a los hijos únicos
noviembre 26, 2011
El común de la gente suele pensar que ser hijo único puede acarrear una desventaja tanto en la infancia como en la adolescencia o la posterior vida adulta. La realidad es que estudios empíricos han demostrado que lo que resulta negativo, son las creencias o las frases que se expresan delante de los niños respecto a este tema más que su condición de unicidad.
El efecto dañino se genera al sentir pena o lástima por un niño que no tiene hermanos. El hecho de prejuzgar al pequeño como más mimado, egoísta o mandón, puede perjudicar tanto al niño como a sus padres. A su vez, la relación entre ambos puede verse afectada ya que los papás suelen sentir culpa frente a dicha situación.
Estudios recientes han echado todas estos mitos por la borda: no hay diferencias en cuanto a la conducta, a la inserción social, ni al nivel educativo, entre chicos que provienen de familias numerosas como aquellos que son hijos únicos. Por el contrario, se ha demostrado que muchos de estos últimos resultaron ser inclusive, más inteligentes y exitosos.
Frente a tantos mitos al respecto, los expertos recomiendan que los padres de hijos únicos no los sobreprotejan, ya que ésto podría ocasionar que se vuelvan más temerosos e inseguros en su futuro. Los padres tienen la responsabilidad de enseñarles a compartir y a vincularse con niños de su edad; una buena forma es invitar regularmente a sus compañeros a casa para poder compartir los juegos.
Quizás el punto débil sea el sentimiento de soledad que pueda experimentar el pequeño, por no tener un hermano con quien compartir ciertos momentos. La relación entre hermanos suele ser importante ya que entre ellos pueden compartir miedos, fantasías, sueños, juegos, etc. Es por esta razón que inculcarles a crear amistades duraderas y relacionarse con otro niños, es la mejor forma para superar esta carencia.
Otro punto importante a tener en cuenta es tratar de no depositar en ellos todas las expectativas y presiones personales. Estimular e incentivar a realizar sus tareas diarias es la consigna ( sin caer en excesos de actividades o altos rendimientos ) y siempre dentro de un contexto afectivo. Muchos padres quieren que su hijo sea “el mejor” en todo o se destaque, provoncando ansiedad y esfuerzo por los demás.
De todas formas, todos los estudios actuales inidcan que no existe diferencia en cuanto a las realizaciones y a los sentimientos de felicidad que desarrollan los hijos únicos. Todo demuestra que logran realizarse en todas las áreas sin mayores incovenientes.