Qué es el objeto transicional
abril 23, 2012
El objeto transicional es aquel elemento que los pequeños adoptan como compañero de todos los días y que se torna cada vez más significativo con el transcurso del tiempo. Este objeto representa un “no-yo”, un “otro distinto” para el niño.
Si bien este objeto, que puede ser un peluche, un almohadoncito, una sabanita, etc., pertenece al mundo externo, también forma parte del mundo interno del pequeño porque él siente que ha sido su “creador”. A su vez, tampoco forma parte del cuerpo del niño pero todavía no puede considerarlo como un objeto de la realidad exterior.
Los objetos transicionales se vuelven muy importantes en el momento de irse a dormir, al salir del hogar, o en un momento de ansiedad como puede ser el separarse unas horas de la mamá; en realidad, este objeto sustituye de manera simbólica la figura materna.
Generalmente los padres comprenden el valor que tiene este objeto elegido y permiten que los niños tengan acceso a éste en todo momento. Es importante que el pequeño pueda manipular y usar su objeto transicional, para que pueda comenzar a desarrollar su capacidad de simbolización.
A su vez, estos objetos ayudan a desarrollar el mundo de la ilusión, la fantasía y la capacidad de crear. Dentro de los fenómenos psíquicos, se ubicarían en una zona intermedia de experiencia, es decir, entre la incapacidad del pequeño para reconocer y aceptar la realidad, y la creciente capacidad para poder realizarlo.
La presencia de este objeto colabora en la etapa de transición en la cual el pequeño, de estar fusionado con su madre, pasa a estar separado de ella psíquicamente y sentirla como algo exterior.
Algunos objetos transicionales durante la temprana infancia, pueden continuar siéndolos durante la niñez, aunque lo esperable es que poco a poco los niños vayan abandonándolos (alrededor de los 5 años) para dar lugar a una amplia gama de nuevos intereses. Si se observa que la necesidad de estos objetos continúa a partir de la adolescencia, será conveniente realizar una consulta al psicoanalista.