La caries dental en los niños
mayo 28, 2012
Los niños son muy propensos a sufrir esta enfermedad que se genera en la estructura de los dientes (inclusive en los dientes de leche) y que si no es tratada adecuadamente, pueden terminar destruyéndolos.
Las caries se forman debido a la presencia de bacterias que fermentan los azúcares de los alimentos, generando determinados ácidos que afectan al esmalte protector del diente. En un primer momento, crean la llamada placa dental, lesión superficial que observamos en los dientes. De la parte superficial del esmalte, pasa a las distintas capas, alcanzando la raíz. Cuando llega a esta instancia, el diente se halla más vulnerable para comenzar a destruirse.
La caries de biberón, es un tipo de caries producida en aquellos pequeños que utilizan chupetes endulzados o mantienen el biberón en su boca durante largo tiempo. Existen tres causas principales para la formación de las caries: las características propias del diente, la presencia de bacterias nocivas y la alimentación. A su vez, como esta enfermedad no afecta a todos por igual, existe una predisposición hereditaria para la aparición de la misma.
La revisión odontológica regular es necesaria en los niños debido a que los síntomas no se manifiestan si el esmalte está afectado. El dolor aparece cuando la caries involucra partes más internas del diente y los niños pueden expresarlo cuando beben bebidas calientes o frías. Por otra parte, las encías se inflaman y pueden sangrar con el cepillado.
El tratamiento de la caries generalmente va acompañado de un empaste y oclusión. La prevención es muy importante para evitar las reiteradas visitas al odontopediatra. Para ello, será necesario:
- Mantener una correcta higiene bucal.
- Evitar el uso de biberones nocturnos o endulzados.
- El chupete no debe ser untado con miel o azúcar.
- Evitar aquellos alimentos que facilitan el desarrollo de caries.
- Observar el color de los dientes y los cambios extraños que surgen (manchas oscuras o pigmentaciones diferentes a las comunes).
- Visitar al odontopediatra al menos dos veces al año.