Soplo cardíaco en bebés y niños (Primera parte)
julio 9, 2012
Si bien todo aquello vinculado a problemas en el corazón puede ocasionar una gran preocupación a los padres, el soplo cardíaco es bastante frecuente encontrarlo en bebés o niños, y afortunadamente no es peligroso. Alrededor de un 35% de niños muestran la presencia de un soplo, cuya naturaleza es benigna en la mayoría de los casos.
Se trata de un ruido que parece un “soplido” y que puede ser escuchado al auscultar el corazón con un estetoscopio. La naturaleza de este tipo de “soplo inocente” es benigna y no existen alteraciones fisiológicas o anatómicas. Se cree que el ruido está provocado por la contracción de la masa muscular debido a las turbulencias que se producen en el flujo de la sangre.
Los niños que presentan un soplo cardíaco no manifiestan síntomas particulares ni tienen problemas funcionales, por lo cual, pueden desarrollar una vida normal y no necesitan realizar tratamiento alguno.
La clasificación de los soplos cardíacos está determinada por una escala de intensidad, que va desde el grado 1, el cual apenas puede oírse, hasta el grado 6, el más fuerte de todos. El pediatra podrá determinar además, las características del soplo, cuándo se produce y si éste presenta algún cambio cuando el pequeño modifica su posición.
Una vez descubierto el soplo, será el cardiólogo infantil el especialista que atenderá al niño para confirmar con mayor profundidad el caso en particular, e indicar cuándo realizar un control de rutina posterior.
El soplo cardíaco más habitual es el conocido como ” inofensivo” o funcional. Si su hijo recibe este diagnóstico, significa que su corazón funciona normalmente y es saludable. Este tipo de soplo aparece y desaparece durante la infancia y no supone un riesgo para la salud del pequeño.
En estos casos, los niños pueden seguir con sus actividades físicas habituales, no necesitan realizar dietas especiales ni tratamientos específicos. Cuando el niño comienza a entender ciertos temas sobre la salud de su cuerpo, será importante hacerle entender que esta situación no lo diferencia de otros niños y que se trata únicamente de un ruido producido por el flujo de sangre de su corazón.