Fortalecer los músculos a través de la kinesioterapia
septiembre 17, 2012
El tratamiento puede integrar diversos medios que incluyen la participación del fisioterapeuta (frío, calor, contenciones suaves como también contenciones rígidas, colchones alternantes, collar ortopédico, etc). La actividad del kinesioterapeuta consiste en efectuar un trabajo de equipo en el cual el médico trata de combinar una serie de recursos terapéuticos.
El masaje puede incluir roces, presiones más o menos profundas deslizantes, técnica de pellizco en círculos y masajes transversos profundos; éstos últimos actúan en profundidad, principalmente en los tendones.
Tipos de tratamientos
La inmovilización: basada en el criterio de que ciertos dolores salen del movimiento, aunque sean ínfimos. Cuando el dolor desaparece, la inmovilización se cambia por ejercicios de movilización y rehabilitación. Estos dolores pueden provocarse por un daño óseo, articular o muscular.
La movilización: Es indicado para aquellos dolores causados por contracturas musculares, por rigidez de las articulaciones, por lesiones cutáneas de las zonas de apoyo; también de gran utilidad para corregir las malas posturas. Siempre es progresiva, y tiene la doble finalidad de evitar y aliviar el dolor existente y de prevenir la aparición de dolores futuros, así como prevenir la atrofia muscular.
Calor (termoterapia): según las necesidades del paciente, se genera mediante rayos infrarrojos (lámparas), hidroterapia caliente (con o sin hidromasaje), la colocación de una compresa caliente o emplastos a base de arcilla. Esta aplicación cuenta con un control estricto en su duración y temperatura, evitando así posibles quemaduras.
Esta terapia resulta muy efectiva para los dolores causados por una artrosis y por trastornos de la circulación periférica. Esta totalmente contraindicado el calor en los casos de artritis, crisis reumáticas, inflamaciones e inflamaciones locales.
Frio (crioterapia): que el frío causa una sensación de anestesia es por todos reconocido. Mediante una bolsa de hielo de compresa refrigerada o de baño local frío, se puede disminuir la inflamación, beneficiar la vasoconstricción de los capilares y reducir la sensibilidad.
De la misma forma que con el calor, el terapeuta a cargo controlará de manera estricta, supervisando la duración y la magnitud del enfriamiento. El frío se aplica para dolores postraumáticos, casos de episodios inflamatorios agudos y cefaleas.